
Lamento de un jubilado que se sintió humillado
Jubilado manifestó que se sintió humillado y manoseado por personal bancario.
El día martes 27 de agosto de 2024 y con mis 88 años y jubilado nacional, en honor a la verdad, debo decir que estaba motivado por la razón que era la fecha de cobro de mi jubilación de los haberes del mes de agosto. Por los tanto me dirijo a la sucursal del Banco Nación de Villa donde padecí una gran frustración. Me sentí manoseado y bastardeado. En primer lugar, al entrar un empleado de ordenanza me pide que me saque la gorra; la segunda, cuando al llamado a ir a ventanilla 5, el cajero me dice que no puedo percibir mi sueldo, dado que debo registrar mi firma en la sección o despacho en el otro hall. Con lo cual me exigen sacar un número y esperar ser atendido; de hecho, me sentí humillado y manoseado, porque según la empleada debo usar la tarjeta de débito y no ir por ventanilla ya que ellos no tienen personal para atender esa masa de jubilados mayores de 70 años.
Sinceramente uno trabajó más de 34 años con aportes como tantas y tantos jubilados para caer en un abismo donde deberían ser reconocido con respeto y valor por haber contribuido a hacer un país mejor para sus hijos y nietos, y no ser arrasados como basura por un ciclón humano que quizás se sienta eterno.
¡Ay! Patria mía, sinceramente los perdono porque no sienten o conocen de tener humildad y sentimiento con los mayores que nos quieren tirar al rincón de los recuerdos muertos.
Me pregunto: ¿los centros de jubilados, sus directivos, sus asociados jubilados y pensionados, o concejales de cualquiera bandera política, no pueden mediar a través de gestión con la gerencia del banco para que no sean discriminados las y los jubilados y pensionados? Amén de las míseras monedas de aumentos a los haberes que debemos percibir como una burla franciscana... Padre mio, son siriacos, el interés rompe los bolsillos del saco. Qué nos espera con aquellos que deberían ser justos y equitativos con las y los pasivos, ya nos no alcanza para llegar a fin de mes. ¡Que Dios se apiade de nosotros!
Pienso: fui uno de los tantos impulsores de firmar el libro que existe en todas las delegaciones del país para que no se privatizara el Banco Nación y esta empleada fue la que me atendió en aquel momento. Inclusive estuve en la sucursal de Rosario apoyando su lucha y ayer esta chica me bardeó, y mal, estaba sacada y le manifesté: “Siempre me dirigí a vos con respeto, tengo 88 años, no soy un niño”.
José Marmol